domingo, marzo 26, 2006

7 - LA MENTE DEL PERRO


Ya está advertido de que la mente de su perro es jerárquica y sin un gramo de ese componente divino que a nosotros nos permite ir disimulando nuestro salvajismo con excusas a las que llamamos: leyes y religiones. Los humanos reafirmamos la escala jerárquica mediante el asesinato, la amenaza, el engaño y la coacción. Nuestros perros sanguinarios suelen saltarse la faceta asesina. ¿Cómo lo consiguen? Bueno, no pocos humanos han salvado la vida enseñando la palma de sus manos en el aire, limpias, sobre sus cabezas. El perro hace lo mismo: se echa al suelo y deja su vientre al descubierto. Es una muestra clara de sumisión total, de decir: me rindo, estoy a tu merced. Al contrario de lo que haríamos los humanos, y de lo que muchos humanos hacen con su perro, el líder, el dominante de nuestra camada imaginaria, jamás, nunca, atacará a un perro que le muestre el vientre, rendido. Actuar así sería rebajarse, ser de poco fiar, innoble y le haría perder la estima del resto del grupo. Otro signo de sumisión consiste en bajar la cola hasta meterla entre las piernas. Esta pose también puede significar miedo. No es que el perro no vaya a defenderse, pero prefiere retirarse. ¿Quién no ha tenido que salir alguna vez en su vida con el rabo entre las piernas? Seguro que si lo intenta, recordará algún suceso autobiográfico de su propia vida en el que agachó las orejas, escondió el rabo y se fue con la cabeza baja a lamerse las heridas a su cubil. A los perros les pasa exactamente lo mismo. En resumidas cuentas, podríamos afirmar, sin miedo a equivocarnos más de los absolutamente necesario, que si se imagina a usted mismo como siervo de una dictadura personalista, logrará entender gran parte del comportamiento de su perro doméstico. Si no se siente con ánimos, porque cree que la imaginación no le llega para tanto, o bien porque el pensar sobre esto lo va a poner triste, entonces, suponga lo siguiente: le dan a elegir varias opciones de conducta, de vida, usted va a votar, y sea cual sea la elegida, para usted todo continúa exactamente igual que antes. ¿Se siente frustrado? Pues imagínese su perro.

1 Comments:

At 12:55 a. m., Blogger Madita79 said...

Hola, más que un comentario lo que me gustaría es hacer una pregunta, entiendo que la respuesta no pueda ser absoluta, me conformo con una opinión razonable. Mi perro Bonzo, un terranova que cumplió tres años el día dos de este mes, va a mendigar comida a mi madre cada vez que terminamos de comer (debo reconocer que entre Bonzo y yo no hay muchas diferencias a este respecto, aunque vivo sola, bueno, con Bonzo, pero "emancipada", voy a casa de mis padres a comer todos los días), ella le da alguna sobra, poca cosa, un bocadito o dos como mucho, y él siempre viene hasta donde estoy yo y permanece un rato junto a mí, si mi madre no le da nada se tumba junto a ella o vuelve al comedor y se sienta alejado de mí. Mi padre cree que lo que me muestra es lealtad, según él Bonzo me está diciendo algo así como "vale, la señora de la comida me ha dado unas sobras suculentas, pero con todo, estoy a tu lado", yo no lo veo tan romántico, para mí lo que viene es a ver si yo también le doy algo, más bien me estaría diciendo "¿has visto lo que la señora de la comida ha hecho? no es tan difícil, venga, inténtalo, haz tú lo mismo". O en el caso más osado, viene a verificar que no me he marchado, digo osado porque no creo que a Bonzo le importe demasiado si estoy o no, no digo que no me quiera, supongo que me quiere, pasamos muchas horas juntos, buenas horas, y me muestra afecto a base de cabezazos y empujones con su enorme torso, pero desde cachorro lo he tenido que dejar muuuuuuuchas veces en una resi canina primero en Oza de los ríos, en La Coruña, y ahora en Medina, en Cádiz, y en ambas siempre le han tratado muy bien, le han dado mucho juego, ha estado gamberreando con otros perros, y en definitiva ha aprendido que sin mí se puede estar tan bien como conmigo, con lo que dudo que alguna vez me eche de menos, la idea en parte me hiere el ego, pero por otro lado me encanta que sea así. El caso es, ¿a qué cree que puede deberse ese comportamiento? Es que me resulta muy llamativo, no falla, es darle mi madre un trocito de comida en la cocina y venir a mi lado hasta el comedor con un trote que a mí se me antoja alegre. ¿? Gracias por su tiempo :)

 

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