domingo, marzo 26, 2006

11 - EL LENGUAJE DE LA DOMINANCIA

Ahora trataremos del lenguaje de la dominancia. Igual que usted inclina la cabeza ante sus superiores, y, por ejemplo, se le caen las gafas al suelo al saludar al rey, o su ciática se resiente al inclinarse ante la reina, por no mentar la de calambres faciales que sufre al reír los chistes malos de su jefe, pues exactamente lo mismo deberá hacer su perro con usted.


Deje el libro de chistes, quítese la corona y guarde la diadema laureada de Isabel II en el altillo de los trastos. De lo que se trata es de que su perro sepa quien es el amo. Reforzaremos esta impresión de dominio absoluto, tipo dictadura bananera, sin que él se de cuenta, es decir, tipo democracia, con una buena demagogia del buen rollo progresista.

Para ser un buen jefe enrollado, que no se deja tomar el pelo y sabe lo que se hace, bastará con saber lo siguiente:

1 - Mano dentro de la boca. Aclaración: del perro. Meter la mano en la boca del perro es un signo claro de dominancia. También lo es de afectividad y de gran confianza mutua. Con esto le decimos que no tenemos miedo de él. Además, la lengua es la parte más sensible del perro. Los humanos poseemos un lenguaje parecido, muy utilizado en burdeles y oficinas; la única diferencia estriba en que en vez de la mano se utilizan otras partes del cuerpo. Por los beneficios que comporta, no deje de practicar este tipo de dominancia.

2 - Mano encima de la cabeza. Acariciar la cabeza del perro es otro signo de dominancia. Algunos perros no se dejan acariciar la cabeza por desconocidos, los rehuyen. Hacen bien. Seguro que de poder hacerlo, usted también habría rehusado las palmaditas afectuosas, en la cara, de su querido jefe.

3 - Mano sobre el lomo. Una caricia en el lomo es signo de jefe enrollado. La traducción sería: soy tú amo, pero que guapetón que eres. Probablemente recuerda las palmaditas afectuosas que le dieron al rechazar su petición de aumento de sueldo: eso era porque en el fondo su jefe es un enrollao.

4 - Lametón en la mano. Si es usted obispo ya estará acostumbrado a este tipo de agasajos. Para el resto de los mortales, hacer turismo sexual y comprarse un perro es lo más parecido que vamos a encontrar. El perro le lame la mano por sumisión, afecto, y porque encuentra apetitoso el sudor.

5 - Lametón en la boca. Su perro está pidiendo comida. Los cachorros lamen la boca de la madre para incitarlas a reburjitar la comida. Con algo menos de gracia, es lo mismo que hacemos los humanos con los besos de tornillo, sólo que somos más rácanos y en lugar de comida, por lo menos en la mayoría de los casos, todo acaba en un intercambio de sarro y saliva.


6 - Lametón en la cara. Su perro es un listillo. Las madres lamen la cara de los cachorros. No lo consienta. El perro le está tratando como a un inmaduro. No quiero afirmar que usted no lo sea, pero debe guardar las formas. Algo así nos ocurre en el mundo de los humanos, )o no?

7 - En pie con las patas sobre los hombros del amo. El perro se pasa de rosca. De ahí a que le mee en la cara, dista sólo un paso. Písele una de las patas traseras. Su perro le está diciendo que él es el jefe. Sin violencia, hágalo desistir.

Siga estas reglas básicas y tendrá un buen perro. Naturalmente no basta con que su perro esté dominado, como buen jefe, deberá proveerle de todas las comodidades necesarias; de lo contrario, puede que él mismo se las exija; a ladridos.

1 Comments:

At 9:40 p. m., Blogger Unknown said...

Qué simpático manual. Me quedó clarísimo lo que opinan mis perritas de mí!
Ja ja
Saludos

 

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